lunes, 24 de agosto de 2009

CAMINEMOS

Érase una vez, una mujer que vivía caminando y caminando sin poder encontrar un lugar donde parar. Nunca se supo bien el porqué, pero iba paso a paso sin mirar hacia adelante. Tropezaba constatemente, caía, se levantaba y seguía, pero jamás volvia su mirada.
Un día, mientras transitaba un oscuro sendero, alguien se aproximó a ella, cautelosamente, sin que lo notára. Cuando lo creyo apropiado, él se acerco. - Te sigo desde temprano- le dijo. Una mirada fria fue suficiente para hacerlo retroceder.
Ella prosiguió, deambulando como de costumbre, mientras él, a la distancia continuaba observándola. Largas horas después, él interrumpe su caminata nuevamente, y le dice - Quisiera caminar a tu lado -, y ella, sin mirarlo, asintió con un gesto indiferente.
Paso a paso, ritmo constante, sus pies levantaban mas polvillo. Las piedras de canto rechinaban sin cesar, dando música a la marcha.
En un momento determinado, en el cual nadie comprendió el cómo ni el porqué, como de tantas otras cosas, comenzaron a caminar, tomados de la mano. En ese momento se contempló algo jamas antes visto en el pálido e inexpresivo rostro de aquella hermosa mujer: un gesto, una distensión, una relajación o una contracción de sus musculos faciales; el esbozo de una pequeña y dulce sonrisa, iluminó el camino oscurecido por el lúgubre espacio ya transitado. Quizás, en una milésima de segundo, creo, ella elevó su mirada hacia el cielo, despegandosé de aquella senda recorrida instantes atrás, e inclusó, llevandola hacía el porvenir. Pero no fué mas que eso, un instante, un suspiro. Y todo volvió a su lugar.
Por vez primera su voz apareció desde el mas profundo abismo, oscura, ronca y cargada de honestidad brutal. Ella pronunció - Hasta acá llegamos. Sigo sola -.
Su mano cayó a un lado, él no tuvo tiempo de reaccionar. O si. ¿Existieron señales? Seguramente, y motivos suficientes, también. Todo en una pequeña fracción de tiempo, un instante... Fué un tiempo, un tiempo muerto. Y murió.
- Dejame seguir tus pasos, quisiera que caminemos juntos hasta llegar... - ¿A dónde?... Para que insistir? si el camino restante es un campo totalmente desconocido y colmado de supuestos, inseguridades, temores y de seguro mas y mas oscuridad.
Él solo pudo mirarla desde allí, con la mirada clavada en sus ojos. Intento seguir, mas no pudo evitar las imperfecciones del camino. Evidentemente fué un camino ya transitado. Ella creyó ser la pionera en circular y circundar el mundo... Y él... bueno, él solo quizo caminar un rato mas.
Y a la distancia su silueta se esfumó entre la niebla, y solo quedaron plasmadas las marcas de sus pies desnudos sobre la tierra, y el sonido de las piedras cantando como grillos, y la inexorable partida fué un hecho.

Te veo en mis recuerdos aun hoy, recuerdo nuestra caminata, nuestras manos abrazadas, la sonrisa... tu sonrisa, y pienso... y vuelvo, y me detengo... y no puedo mas que mirar hacia atrás.

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