miércoles, 28 de octubre de 2009

EN LA NOCHE

No podían pasar mas noches, no de esa manera. Tremenda era, y aún lo sigue siendo (y tal vez más terrible todavía) la soledad que me capturaba y me encerraba. Hoy es mas duro que ayer, puesto que ya sé que es lo que deviene. Volver cada día con la seguridad que no estarás mas. Puedo puetar, puedo gritar, incluso puedo llorar, pero nada cambiará. Ya esta todo dicho.
Me duele, si, y mucho, haber confiado tan inocentemente en la seguridad que aparentabas esa última noche en que nos vimos, y que vivimos como si todo lo demás fuesen no mas que efímeros recuerdos, tristes, por cierto, pero superados.
No, no fué así. No fuiste sincera esa vez, como tantas otras veces.
Hoy llego a casa, sé que no me aguarda mas que una gran y vasta soledad... No, no es así. Voy a estar acompañado. Acompañado por la soledad, la noche, la tristeza. Pero por sobre todas las cosas, acompañado del Yo que aún te espera y no puede desprenderse de tu recuerdo, el que no puede creer, ni siquiera considerar todas las atrocidades que alguna vez fueron motivo de duelo, pena y sufrimiento. Por otro lado esta ese otro Yo, visible al entorno, ese que se encarga de difamarte, de aborrecerte, de putearte. Ese Yo incontenible que no es mas que el fiel refjelo de la desolación, encarnación de mis mas profundos temores.
Busco el abrazo del inmenso cielo, al que observo recostado en la terraza de mi hogar, mientras fumo uno, dos, cuatro, y no se cuantos mas cigarros. La luna esta hermosa, como de costumbre. Una estrella se le acerca timidamente... No, es un avión. -No te engañes, estas sola-.
En tanto, una suave y filosa melodía de Enya se cuela por estas heridas y agudiza el dolor. No puedo evitarlo. Idiota de mi, que al no poder, no querer terminar de escapar de esta maldita nube tumultuosa colmada de inmundos hedores y agujas punzantes que siguen carcomiendo y lastimando mi carne, me niego a resignar esa ilusión enclavada en mi corazón. Que meloso, que dramático, que estúpido.
Nunca voy a dejar de odiarte, mucho menos dejar de amarte.
Una vez mas me diste para luego arrancarme aquella esperanza que sabes, ciertamente, es la única razón de mi alegría.

lunes, 24 de agosto de 2009

ÑAM ÑAM

-Es tarde... La noche se volvió tan absurda como oscura... No hay nada en la tele. El telefonó jamás sonó... Y yo acá. Tengo hambre... La noche intenta comerme, pero no lo voy a permitir... Mejor me voy a comer un pomelo...-

CAMINEMOS

Érase una vez, una mujer que vivía caminando y caminando sin poder encontrar un lugar donde parar. Nunca se supo bien el porqué, pero iba paso a paso sin mirar hacia adelante. Tropezaba constatemente, caía, se levantaba y seguía, pero jamás volvia su mirada.
Un día, mientras transitaba un oscuro sendero, alguien se aproximó a ella, cautelosamente, sin que lo notára. Cuando lo creyo apropiado, él se acerco. - Te sigo desde temprano- le dijo. Una mirada fria fue suficiente para hacerlo retroceder.
Ella prosiguió, deambulando como de costumbre, mientras él, a la distancia continuaba observándola. Largas horas después, él interrumpe su caminata nuevamente, y le dice - Quisiera caminar a tu lado -, y ella, sin mirarlo, asintió con un gesto indiferente.
Paso a paso, ritmo constante, sus pies levantaban mas polvillo. Las piedras de canto rechinaban sin cesar, dando música a la marcha.
En un momento determinado, en el cual nadie comprendió el cómo ni el porqué, como de tantas otras cosas, comenzaron a caminar, tomados de la mano. En ese momento se contempló algo jamas antes visto en el pálido e inexpresivo rostro de aquella hermosa mujer: un gesto, una distensión, una relajación o una contracción de sus musculos faciales; el esbozo de una pequeña y dulce sonrisa, iluminó el camino oscurecido por el lúgubre espacio ya transitado. Quizás, en una milésima de segundo, creo, ella elevó su mirada hacia el cielo, despegandosé de aquella senda recorrida instantes atrás, e inclusó, llevandola hacía el porvenir. Pero no fué mas que eso, un instante, un suspiro. Y todo volvió a su lugar.
Por vez primera su voz apareció desde el mas profundo abismo, oscura, ronca y cargada de honestidad brutal. Ella pronunció - Hasta acá llegamos. Sigo sola -.
Su mano cayó a un lado, él no tuvo tiempo de reaccionar. O si. ¿Existieron señales? Seguramente, y motivos suficientes, también. Todo en una pequeña fracción de tiempo, un instante... Fué un tiempo, un tiempo muerto. Y murió.
- Dejame seguir tus pasos, quisiera que caminemos juntos hasta llegar... - ¿A dónde?... Para que insistir? si el camino restante es un campo totalmente desconocido y colmado de supuestos, inseguridades, temores y de seguro mas y mas oscuridad.
Él solo pudo mirarla desde allí, con la mirada clavada en sus ojos. Intento seguir, mas no pudo evitar las imperfecciones del camino. Evidentemente fué un camino ya transitado. Ella creyó ser la pionera en circular y circundar el mundo... Y él... bueno, él solo quizo caminar un rato mas.
Y a la distancia su silueta se esfumó entre la niebla, y solo quedaron plasmadas las marcas de sus pies desnudos sobre la tierra, y el sonido de las piedras cantando como grillos, y la inexorable partida fué un hecho.

Te veo en mis recuerdos aun hoy, recuerdo nuestra caminata, nuestras manos abrazadas, la sonrisa... tu sonrisa, y pienso... y vuelvo, y me detengo... y no puedo mas que mirar hacia atrás.

lunes, 17 de agosto de 2009

Tony Montana: - Relajáte campeón, no pasa nada.-

Wolf: - No es eso Tony, lo que me preocupa es otra cosa.-

Mr. Pink: -No hay que hacerse problema, ya nos encargamos de ese asunto, bajo la orden de Tony.-

Wolf: - Lo sé, pero... Ese maldito duende... No puede ser...-

Mr. Pink: - Él... él...

Tony Montana: - Qué te pasa wolf? Estas jodidamente perseguido!

Wolf: - NO! no... no... No importa, vayamos por unas cervezas.

Tony Montana: - Al demonio, allá vamos!

Mr. Pink: - Totaaaal y completamente!

A VOS AMIGO

Buenas noches y santa alegría. Cada día, cada minuto, contando, para que llegué el fin de semana, y saber que allí estaremos como es de costumbre. Es mi tiempo muerto hoy en día, y no existe mayor añoranza que esa. Mis amigos, mi descanso. Noches de alcohol, música y esas charlas tan elocuentes surgidas de la mismísima nada. Qué sería de mi sin ustedes? La verdad, no puedo decirlo, no porque no lo sepa, simplemente me avergüenza revelar mis verdaderos motivos. Lo único que puedo asegurar, es que son un gran apoyo, un escape, un instante de alegría.
Cómo agradecerte a de manera particular? Una cerveza más, te convido un cigarrillo, y ya, estando en ese estado tan inestable, cuando nos cuesta pronunciar, no a falta de ellas, más bien pura fonética, es cuando afloran los sentimientos y las palabras, aunque poco entendibles, sinceras hasta la médula. Mi confidente, mi consejero, mi compañero. "Sirva otra vuelta que invito yo" exclámo ante el tipo de detrás de la barra. No hay mucha plata, pero no me preocupa, no mientras pueda disfrutarlo junto a él o ellos.
No me falles nunca, te lo pido por favor. Y sabés mi realidad, no porque te haya contado todo, simplemente me conocés lo suficiente como para saber cuando hablar, cuando aconsejar y cuando putear. Un psicólogo? Prefiero pagar otra ronda sabiendo que estás ahí escuchando con atención, preparando la saliva para gatillar y acribillar con tus sabias palabras.
Cigarro? Servite y tomá fuego. Y vamos por una más. Las mujeres pasan a nuestro lado, pero ya sabemos como son. Y sabemos como somos. Ya no importa, no a esta altura de la noche. Prefiero quedarme sentado y estable riendo y penando. Estamos en la misma sintonia.
Tomemos una más, subamos a la moto y regresemos como podamos, amigo mío. Tu compañia es irremplazable. Existen muchos a mi alrededor, pero pocos como vos.
Desde la simplicidad de estas palabras quiero que sepas que nunca mas voy a descuidar esta hermosa amistad, y nuestros caminos van a seguir siempre a la par, en las buenas y en las malas. Mi confianza está allí. Costó revelarme, pero he logrado comprender lo que es la verdadera amistad.
Hasta la próxima amigo mío, una cerveza más para brindar y a descansar, y nuevamente a contar.

domingo, 2 de agosto de 2009

UN DOMINGO CUALQUIERA

Sentado frente a la computadora se pasan las horas. El cenicero de cerámica que me trajo una vez mi amiga de uno de sus viajes esta atestado de colillas de cigarrillos, y expele un fuerte olor que me da nauseas. Así son mis tardes, y mis noches. Durante el día apenas si tengo tiempo para escaparme de la rutina que tanto cansa y aburre. No tengo alternativas. Siempre se da de la misma manera. A la mañana, despertar para ir a trabajar, en la ruidosa y molesta ciudad de Buenos Aires. La capital del país, punto de reunión para millones y millones de trabajadores, muchas personas como yo, que malgastan su tiempo en cosas sin sentido y pocas productivas para uno mismo. Como escapar a esto? Es algo que siempre me planteo, pero aun encuentro respuesta. O quizás la respuesta habita en mi, pero prefiero hacerme el boludo y optar por lo fácil, lo cómodo. Que vergüenza me da, siento pena por mi mismo. Lo único que puedo hacer es sentarme y esperar que todo llegue a mi. En alguna que otra ocasión intento acercarme a esas escasas cosas que me seducen, pero nunca consigo alcanzarlas. Es lastimoso, y tal vez sea eso la razón de mi cobardía. Me expando un segundo y al instante me repliego, avanzo un paso y retrocedo cinco. Las horas siguen pasando. El brillo del monitor de la computadora me molesta, ya mis ojos arden. Y aun así no me despego de ella. Porque? Quien lo impide? Soy yo, yo mismo. Nadie mas. Estoy cómodo en el sillón. Al menos es lo que creo. O no. Tengo miedo de levantarme, apagarla, abrir la puerta y salir a la calle. Prefiero tomar el teléfono y llamarla. Dudo un instante. Amago una y otra vez, hasta que por fin escucho el tono de marcado. Que puedo ofrecerte? Una cena sin duda seria agradable, a mi me gusta la idea. Espero que pueda satisfacerte, como alguna vez lo hice. Pero no. Nada es lo mismo, o si. Si! Todo es igual, nada cambia, es mentira que el tiempo lo cura todo verdad? porque siempre tuve fe en ese jodido dicho? Es, tan solo, un engaño. La vida misma es un engaño tras otro. Y yo continuo engañándome, y continuo engañándote, y vos continuas engañándome.
Me atendés, como siempre, distante. Tu voz no refleja nada. Espero sentir algún titubeo. Pero se mantiene en ese tono neutral, opaco, que tanto me desespera. Me siento solo, dame un poco de tu tiempo, un poco de compañía, y quizás pueda ofrecerte algo mas que una cena. Tengo comprimido en mi pecho, en mi garganta, miles y miles de cosas que decirte, pero no pueden salir de ahí.
¿No? Creí que la idea te agradaría, después de todo siempre reclamaste atención. Y ahora toda mi atención esta en vos. Pero ya no tiene sentido verdad? Una, dos, tres, cinco, diez veces y aun mas. Siempre que lo intentamos existió ese desfazaje. Aplicamos la teoría del imán, como un amigo me dijo no hace mucho tiempo, cuando estoy de espalda a vos, te apegas a mi, y cuando me doy vuelta para encontrarte, me rechazas. Simple, pero cierto.
De fondo suena Elvis, Are you lonesome tonight... Un cigarrillo mas, aunque esta tos me este volviendo loco. Necesito aplacar tensiones. Te quedas callada, como soles hacer cada vez que telefoneamos. Sabes que me pone nervioso. Soy muy nervioso generalmente, y vos sos bastante histérica. Me despido de vos, no sin antes dar un ultimo bocado.
Estoy de nuevo frente a la pc. Lamento tanto hacer el ridículo. Te extraño.
Busco los cigarros; ya no quedan mas. Salgo a comprar. Un poco de aire fresco no me vendría nada mal.
La noche cae otra vez, y junto a ella mi animo. Me siento mas solo que antes, caminando por la calle quieta y húmeda. No quiero mas, pero igual, dame un poco mas. Otro cigarrillo a mi boca. Ya esta reseca, supongo sera por el frío. saco el cancerígeno de mi boca y en la boquilla va un pedazo de labio. Duele! Pero mas dolorosa es la sensación de dependencia que tengo con vos.
Ya es tarde, tengo frió, tengo hambre, estoy sucio. Mañana lunes, nuevamente a trabajar. Mañana lunes continuamos con la rutina. Quise que hoy sea un día especial, sentirme especial, que te sientas especial. Seamos especiales una vez mas.